Parafraseando al gran Atahualpa Yupanqui, Filipe Masetti Leite, atraviesa los caminos americanos, cual arriero, desde hace cuatro años y medios en una cruzada heroica en favor de los niños que padecen cáncer. El valiente jinete brasileño emprendió su viaje en Canadá el 8 de julio de 2012 y desde entonces desanda el continente en busca de hacer visible el altísimo índice de niños que sufren de cáncer, y a la vez recaudar fondos para su diagnóstico precoz. Filipe va rumbo a la ciudad de Ushuaia, y en el camino va a necesitar de la solidaridad del mundo del turf y su gente; se encuentra transitando la ruta 22 (altura Guerrico), se dirige con destino a Bariloche y allí por Ruta Nacional 40 hasta los confines del mundo.
Partió de Canadá con el primer objetivo de llegar a su ciudad natal, San Pablo, y de allí enfilo rumbo a la Argentina para cumplir el objetivo de unir los extremos americanos en favor del diagnóstico precoz del cáncer en los niños latinoamericanos.
Reeditando aquella aventura de Aimé Félix Tschiffely, que en 1925 junto a Gato y Mancha atravesaron el continente hasta llegar a Nueva York, recorriendo 21.500 km, Filipe lleva algo más de 20.000 km y aún está lejos, aunque ya no tanto, de su objetivo. Lo acompañan en la cruzada dos caballos argentinos, a los que llama el “Picazo” y “El Sapo”, y en sus planes esta llegar a la ciudad de Ushuaia en julio de este año.
Mientras leen esta nota, Filipe sigue tranco y tranco junto Picazo y El Sapo rumbo a salvar miles de vidas, de niños que hoy son invisibles a una sociedad que necesita de arrestos heroicos como los de estos dos caballos y su jinete para despertar de su letargo… nos necesitan en el camino, un poco de agua, comida y donde pasar la noche es lo único que piden para recobrar fuerzas y con el nuevo sol continuar en busca de su objetivo.