Pasó una nueva edición del Gran Premio Carlos Pellegrini en el Hipódromo de la ciudad de Neuquén, seguido en vivo y en directo por una multitud, y otra multiplicada por miles vía Planeta Turf en redes sociales. La gloria máxima fue para Que Vaivén, que llegó preparado por Daniel Rivamar desde el Hipódromo de Mendoza, defendiendo intereses pampeanos. El Jockey Club fue para El Sueño Logrado, entrenador por Ariel y Yesuan Dotzel; el rey de la recta consagró el reprise de Chucky, y en el Clásico turfregional.com Mas Feo recuperó el esplendor de sus mejores primaveras. Exitosa edición, algo condicionada por el clima y la primera de las series de la gran final de Copa Libertadores (la que se pudo seguir en pantallas gigantes en la confitería del Hipódromo). Organizó Marcelo Pieroni y Pelusa Johansen, y en la cobertura para nuestro sitio web estuvieron Juan Coloma, More Bustos y Pablo Pino.
Entre un racimo de cotizados milleros, sobre el final asomó la figura del hijo de Compasivo Cat, Que Vaivén, para en larga carga dar cuenta sobre el filo del disco del zaino de Picún, Tafareo. Mucho se habló en la previa de esta gran carrera, la que todos quieren ganar, cada uno de los ocho titanes que pisaron la lisa de la capital neuquina tenían sus argumentos para ir por la medalla de oro.
Acaso la cátedra se había dejado encandilar por aquel floreo por dinero que en octubre había realizado Australis King, cuando sus rivales de turno sufrían distintos percances no observados por los estudiosos. Tal como era de esperar, el conducido por Martín Zubiri se trenzó en lucha por la delantera con Tafareo y Areco Run, apenas liberadas las jaulas. Así traspusieron por primera vez el espejo, con el resto en otra carrera, mientras que Seattle Mat, el otro indicado por la lógica, cerraba la marcha. Cuando hicieron el ingreso al opuesto 1 y 5 se encaminaban a una muerte anunciada, la cuadrera ensayada les pasaría factura apenas pasaron por la señal de los 600, allí se veía como los punteros perdían acción y mejoraban por dentro Tafareo, que los miraba desde un tercer lugar, expectante, y desde el fondo, apareados, Que Vaivén y Seattle Mat comenzaban a desplegar sus alas. Al pisar el tiro derecho los punteros renunciaban del todo y el conducido por Pili Andrian dominaba en dos saltos, por el centro de la pista el criado en Los Cuatro Candados se despegaba de un Seattle Mat que daba signos de haber perdido el brillo de otras épocas, el de Campelo también agarraba el tranco y le dejaba al Compasivo Cat la obligación de enarbolar la bandera de los atropelladores, para que la vieja receta del Pellegrini pase al archivo.
Los 100 finales arrancaron desde las entrañas profundas del turf su magia, sus colores, el run run delirante de la recta final, cuando todos los gritos valen, liberando altas dosis de adrenalina, pulsaciones al máximo, los sueños que van en el camino de hacerse realidad y el disco… después, el tiempo detenido allí, en el espejo, y los abrazos, las lagrimas de alegría y de emociones contenidas, los amigos, la familia, los protagonistas… el mágico mundo del turf. La victoria había sido, en ajustado final, para el criado en la cabaña de Ricardo Rodríguez Salto, que estoy seguro pagaría con algunos años de su vida por volver el tiempo atrás y estar presente en una jornada histórica para todos nosotros, pero sobre todo para Los Cuatro Candados, Compasivo Cat y, por supuesto, para todos sus clientes que, con algún hijo del generoso zaino en sus escuderías, ya se frotan las manos y sueñan con emular lo del domingo 11 de noviembre en el Hipódromo de la ciudad de Neuquén.
Antes, en otra de las pruebas centrales, El Sueño Logrado (Compasivo Cat) se calzaba la corona del Gran Premio Jockey Club, de bandera a bandera, pasando el aviso de tratarse de un ejemplar de grueso calibre… muy grueso calibre. Sin fogueo, recordemos que se estrenó ganando por varios cuerpos en ese mismo escenario, luego sería cuestionado en el servicio químico, y casi 5 meses después volvió a calzarse las de correr para dejar enmudecido al circo máximo del norte patagónico. Si la salud lo acompaña el año entrante será protagonista del meeting central, sin dudas.
Fue una fiesta, dos días de carreras, la primera edición del remate de Haras Patagónicos criadores de QH, protagonizado por Haras Don José (el año entrante presentará hijos de Granite Lake y Fantastic Corona), Auca Mahuida, Avipan y Mas, vendió 14 productos que quedaron anotados para la polla de potrillos reservada a realizarse en el mes de septiembre de 2019 en este mismo escenario… la industria del turf dio otra clara señal de su vigencia, movilizando economías regionales al ritmo de los corazones.
Pablo Pino/turfregional.com
