La Unión de Trabajadores de Turf y Afines (UTTA), gremio que lidera Carlos Felice, realiza junto al Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA), un Proyecto de Investigación sobre los procesos y actividades laborales de los trabajadores del turf y sectores afines. Cora Arias, investigadora de CONICET y quien en conjunto con UTTA comenzó a desarrollar este estudio sobre la Industria Hípica, habló sobre la experiencia.
“En el Turf existe gran pasión por el oficio”
Lo sostiene la investigadora Cora Arias, que desde hace 10 años pertenece al CONICET y en conjunto con UTTA, comenzó a desarrollar un estudio sobre la industria hípica con el objetivo de fomentar la actividad. En esta primera etapa, el Nuevo Hipódromo de Las Flores y el de San Isidro fueron los escenarios elegidos.
Se conoce que el turf es una industria sin chimenea y con esa premisa, la Unión de Trabajadores del Turf y Afines (UTTA), inició una profunda y detallada investigación junto al Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA), en la que ya se entrevistaron, en el primer tramo de este proyecto, a diferentes actores de la actividad.
La encargada de conversar con peones, capataces, jockeys, entrenadores, transportistas, personal administrativo, entre tantas otras funciones fue Cora Arias, de 37 años, investigadora del CONICET y quien desde CITRA colabora en el Proyecto de Investigación sobre los procesos y actividades laborales de los trabajadores del turf y sectores afines.
Sobre una conclusión de lo que procesó de su labor, declaró que: “Es una actividad muy particular y federal. El objetivo es poder mostrar lo que se hace y la cantidad de fuentes de empleo que se generan”, y agregó: “Cuando se elaboran datos, se consigue una herramienta política para el sindicato”.
Uno de los puntos que a Arias más le sorprendió en forma positiva es el entusiasmo que tienen los trabajadores hípicos por sus puestos y al respecto, dijo: “En el turf hay una marcada pasión por el oficio. No suele suceder en la mayoría de otros trabajos. Hay mucho esfuerzo personal en cada uno de los trabajadores. Conocí interesantes historias de vida”.
Esta primera etapa, que tuvo lugar en junio de 2016 en Las Flores y la tercera semana de enero 2017 en San Isidro, busca relevar información de la forma más descriptiva posible para luego realizar una etapa de diagnóstico. “No se requieren grandes inversiones para reflotar esta industria”, se entusiasma Cora Arias, una investigadora que conoció el sacrificio y empeño de los trabajadores hípicos.
Hace tiempo que lo suyo está vinculado a las diferentes problemáticas laborales de otros sectores. “Excepto los datos que nos brindaron desde UTTA, hay poca información. Hay mucho por hacer en el turf. Las indagaciones fueron muy útiles”, cierra en el mano a mano y con la sensación de haber conocido una faceta muy valiosa.