Tal como se presagiaba el fin de semana del 16 y 17 de septiembre en el Club Hípico Cipriano Catriel pintaba para una reunión turfistica superlativa, y no decepcionó. El sábado el remate de Haras El Tatú sellaba una venta con jugoso resultado, y ya en domingo el programa de Marcelo Pieroni ponía a saltar los corazones.
El sábado desde horas tempranas los parroquianos fueron arrimándose al fogón, donde se asaba una vaquillona con cuero; pasado el mediodía y el suculento almuerzo, fue el turno para la primera venta de la cabaña entrerriana en tierras del Cipriano Catriel. La familia Rodriguez se quedaba con la primera pieza, por la modica suma de $55.000 la cuota, y atrás la gente del Haras Auca Mahuida, del Stud Los Nonos y del Doña Rosa completaban el podio de los mejores vendidos. Todos los ejemplares que pasaron por el ring fueron adquiridos y por lo tanto la polla 2018 quedó asegurada.
Ya en domingo y con las primeras luces, largas filas de automóviles esperaban por ingresar al predio. Para cuando se iba a correr la primera el estacionamiento cantaba no va más y se habilitaba el estacionamiento externo… una clara señal de la fiesta que nos esperaba.
Se corrieron las quince pruebas pactadas, sorprendió Huerfano, el local que estiró la serie con suma autoridad; también dejó notable impresión la potranca de la familia Tanuz, Armas Famosa, rebautizada como Pepa. La Polla reservada a los productos del Tatú tuvo en el favorito de las apuestas, LC First Captain, a un clarito dominador, como para que su gente se ilusione con un ejemplar de grueso calibre; detuvo el crono en 18”70/100 para el recorrido de 325 metros, que en la impresión pudo ser algo más breve.
Pero la carrera de la tarde o del año, era el Gran Clásico Victor Bucarey, en honor a un hombre que dedico su vida al turf. Habíamos anticipado en nuestra nota que anunciaba esta cuadrera, que las conjeturas y análisis previos se iban a multiplicar tras carrera; nueve ejemplares, rajadora a gatera llena, todos con chances ciertas de alzarse con el trofeo mayor… pero, ante la incuestionable dificultad de sortear un desarrollo que en la previa se pintaba como enredado.
Millón dio una muestra más de su superioridad sobre el resto de los mortales, levantado el aplauso de los presentes ante los miles y miles de morlacos apostados por planilla. Cuando se anunciaba la salida a la pista sobrevino lo inesperado, los que iban entre andariveles se quejaron de lo ajustado de los carriles y, como correlato, los que iban a pista abierta reclamaban el achique que sufría su escenario… luego de varios minutos, y cuando parecía que se nos venía literalmente la noche, el soberano comenzó a silbar y a golpear las palmas en señal de reclamo, y entonces se fueron rumbo a partidores los nueve ejemplares que iban por el honor y la gloria de una cuadrera llamada a quedar en la historia de nuestro deporte, entre sus páginas de oro.
Largaron… y a poco andar Armas Idéntica se llevaba puesta a Armas Reinalda y en carambola a Cinnabon, quedando los tres sin chances de pelear por la victoria. En tanto que por el centro de la pista Armas Flash Gordon asumía el comando estirando ventajas sobre Chucki, Armas Hijastro y Humildón; mientras que perdían terreno Don Ataliva y Negro Rey. Promediando el recorrido ya era un mano a mano entre el de Mainque y el tordillo de Las Tranqueras, que se fue definiendo sobre el filo de la sentencia a favor del sprinter de la familia Chambon, para cruzar por escaso medio pescuezo sobre el entrenado por Martín Sosa.
El breve lapso de tiempo que separó el largaron de los gritos y abrazos interminables de la gente Humildon, fue un concierto de gritos y puños al aire, de aliento, de momentos de altísima emoción… un tiempo de vértigo, de honor y finalmente de Gloria.
Nueve titanes protagonizaron uno clásico de difícil emparde, por cada uno de ellos se contaran historias, desarrollos y anécdotas, las que se irán agigantando con el paso del tiempo en el orillo de algún stud… Mientras, la inoxidable y lapidaria frase de Don Carmodi cobrara vigencia una vez más cuando alguno lance un “Contame la final”.
Falta ver en acción a Fatiga y Rey del Norte, otra de las atracciones que había convocado a gente de diferentes andariveles del país. El zaino que llegó desde Santa Fe hizo de la topada un monologo, y se lo trajo a la rastra al cara blanca del Stud La Sofi, que acusaba una lesión en uno de sus vasos al finalizar la competencia. Contundente demostración del visitante, que lo pone nuevamente en la vereda de los velocistas intocables del mundo cuadrero.
Se corrieron las dos finales, con doblete del piloto Roberto Ibanez y el Stud La Chaira, pero nadie se iba, ya entrada la noche todos fueron testigos del sorteo de los premios y de sus felices ganadores.
El turf paso como la fuerza de un huracán por la comarca petrolera, tal como lo había hecho en la jornada del 1 de mayo, y más de 4.000 personas fueron testigos en primera persona de lo que la industria de las carreras de caballos es capaz de generar.
Para resaltar el trabajo de la comisión directiva que encabeza Alberto Pino, que no solo trabajan para lograr grandes espectáculos, sino que además vuelcan en obras para ofrecer mejores comodidades a su gente. Se estrenaron tribunas y se inauguraron los baños para damas.
Los vídeos son gentileza de Patagonia Turf y Lalo Coloma y las fotos de Pablo Pino