En la fría tarde del 14 de junio dejaba de existir uno de los grandes caballos que pisaron las tierras del turf regional, El Chiqui. Un cólico del que no pudo zafar, pese a los esfuerzo de su gente, le arrebató la vida al tostado del Stud Los Sauces.
El Chiqui fue una de las últimas leyendas vivientes del mágico mundo del turf, autor de innumerables hazañas, las que se irán transmitiendo en cada fogón cuadrero, en las vísperas de un domingo cualquiera, o cada vez que un parroquiano rompa el silencio de alguna noche con la típica pregunta de: cuál fue el mejor caballo que vieron correr o la mejor carrera que recuerden… entonces vendrá a nuestra memoria el alazán de la familia Mehdí, el que por derecho propio se ha ganado un lugar en la historia grande del turf; su figura, su clase y calidad quedará entre nuestros recuerdos imborrables. Por citar alguna de las épicas topadas, aquella frente a MI Pollo tal vez sea uno de los puntos más altos, por todo lo que representaban ambos ejemplares (vídeo).
En el Stud El Sauces la tarde le iba dejando paso a la noche de un día de “Miércoles”, la inmensa tristeza de Vanina y la resignación de Martin, sabiendo que había hecho hasta lo imposible por salvarlo, contrastaban con las paredes que lucen las imágenes de un tiempo pasado que fue mejor, de aquellos días de gloria del viejo Chiqui.
Todas las hojas son del viento decía el flaco… Hasta siempre Chiqui viejo!